El Viento y el Claro de Luna
Una noche cálida y bella el Viento regresaba del Ombligo de la Luna/ lago cuando al pasar por la Cueva de Arena se encontró cara a cara con el Claro de Luna. Se vieron, el Claro de Luna le siguió, y juntas, subieron el cerro hasta llegar a casa.
Por las mañanas, el Viento se podía ver como una mujer delgada y grácil y al Claro de Luna como una perrita de brillantísimo y negro pelaje. Y durante el día también, el perrito seguía a la mujer Viento a todas partes mientras la gente las admiraba al pasar.
Recorrieron juntas el Cerro de los Vientos y el Viento le presentó a sus amigos el Mago, el Dragón, el Chamán, la Flor Hermosa y tantos otros seres maravillosos.
Todas las mañanas cuando regresaba de su vuelo nocturno el Mago las saludaba con un canto y el perrito se asomaba moviendo su colita. El Dragón y la Flor Hermosa jugaban alegres con el Claro de Luna que adoraba iluminarlos. A veces, durante las tormentas más fuertes Viento y Claro de Luna iban a cobijarse al jardín mágico del Chamán donde encontraban refugio y cuidado.
Ahí van, juntas conociendo otras tierras, otras estrellas, compartiendo su amor y haciendo más fantásticos amigos.